Bien es sabido que el arte es el reflejo de la sociedad misma. Latinoamérica, como bien sabemos ha sufrido diferentes tensiones políticas y sociales que han desencadenado en movimientos artísticos representativos. Uno de ellos, del que hablaremos hoy, es el subgénero literario llamado la novela de dictador. Muchos son los ejemplares que se enlazan a este subgénero. Garcia Marquez, Carpentier, Asturias, Vargas Llosa, Osorio, entre otros, han sido los representantes de este particular movimiento que se da —evidentemente— a partir de la represión resultante de las dictaduras en los diferentes países.
En esta ocasión nos ubicaremos en Argentina gracias a Luisa Valenzuela, quien nos presenta Cola de Lagartija, una novela paródica basada en José López Rega, mejor conocido como El Brujo, Ministro de Bienestar Social encargado de organizar la Triple A y de ejercer opresión y manipular a los ciudadanos a partir de la devoción al cristianismo y los valores patrióticos. Realmente leí esta novela para una clase de la universidad, me correspondió al azar puesto que yo había elegido analizar otra antes, pero me gustó tanto al final que quise compartirla con ustedes.
El Brujo es un personaje con todas las características dignas de un protagonista de la novela de dictador. Nace, crece y muere creyendo que es el centro del universo y que debido a su poder debe ser vanagloriado y respetado por todos aquellos que los rodean.
Hay varios elementos importantes a lo largo de esta obra en los que me gustaría hacer hincapié para desmenuzar este trabajo y comprenderlo mejor. Yo dividí este trabajo en cuatro puntos claves generales que se repiten como signos a lo largo de toda la obra:
Hay varios elementos importantes a lo largo de esta obra en los que me gustaría hacer hincapié para desmenuzar este trabajo y comprenderlo mejor. Yo dividí este trabajo en cuatro puntos claves generales que se repiten como signos a lo largo de toda la obra:
El primero evidentemente es el humor con el que se cuenta la historia. El Brujo es un personaje terco y hostil que quiere hacer lo que sea con tal de conseguir lo desea. Sin embargo hay dos puntos de vista principales que evidencian al verdadero personaje principal, el primero es el propio. El uso de monólogos nos hace ver a este protagonista como un ser grande, lleno de poder, inalcanzable, pero gracias a los subtitulo podemos darnos cuenta que sucede cuando este punto cambia hacia los ciudadanos: burla, ridiculización y la consideración incluso de síntomas considerados dentro de su falta de estabilidad psiquiátrica. También, estos rasgos empezamos a asumirlos como lectores a lo largo del texto, con su acciones no solo vemos su ejercicio de poder, sino también como el mismo valida el ridículo como un método para ejercer.
El segundo es el uso del cuerpo como un elemento de jerarquizacion social dentro de la historia y la sexualidad como representación de poder, que principalmente se representan por El Garza, un hombre que no tiene testículos y El Brujo, quien sí los tiene pero que además de eso tiene un tumor —que yo le atribuyo al Milhombres, una planta con la que el crece que según encontré es causante de tumores— a quién considera como su hermana y pareja sentimental y la llama Estrella, a la cual quiere dejar embarazada para poder renacer de el mismo y seguir en el cargo siendo él nacido de él ( ahi vemos una referencia directa a la santísima trinidad, puesto que se representa al brujo como padre hijo y espiritu al mismo tiempo).
La relación entre El Garza y El Brujo es de constante dominación y humillación, ya que El Garza no puede tener erecciones debido a su falta de testículos, razón por la cual es ultrajado y menospreciado por El Brujo. Algo parecido sucede con las guainas, mujeres que lo acompañan dentro de su vivienda, de las cuales el tiene el control y las maltrata como forma de placer. Así mismo sucede con otros personajes femeninos de los cuales abusa como muestra de su poder.
El tercero es la espaciacion como método de exaltación y reflejo del poder. La historia se desarrolla a partir del concepto abstracto del tacurú, que es la montaña donde viven las hormigas y que es reflejada en su cosmogonía como dictador. Cuando es niño tiene el primer encuentro con este elemento, en el que pone sus testículos y su tumor dentro de la tierra y las hormigas no lo hacen nada, según él "lo veneran". Así mismo se desarrolla su personaje. En el futuro, utilizando elementos de los egipcios y los Mayas, decide construir su propia pirámide para poder observar a sus hormigas (súbitos) desde la parte mas alta que pueda.
"Por eso ahora me voy físicamente para arriba, me coloco a la cabecera de todo, asciendo, me dignifico, me altarizo y enaltezco sobre la pirámide que he mandado a construir"
Y el cuarto, que se da a partir del juego con la fantasía y el realismo dentro de la obra que nos ayuda a entender que mas allá del hecho narrativo o de la alegoría del personaje, se centra dentro de una problemática real y que pudo ser palpable dentro de un contexto histórico especifico. Esto es mas evidente en el segundo capitulo de la obra en el que vemos una ruptura ficcional de la autora con el lector donde el pacto de credibilidad que realizamos se fortalece ya que tenemos un contacto directo con quien narra el libro dentro del contexto real. Esta técnica le permite a la autora no solo contar sus sentimientos reales respecto a la situación política sino que también le permite reflexionar al lector sobre el papel que cumplen tanto la literatura como método de salvación como las escritoras dentro de la época en la que se presentan los sucesos:
"ponerse a escribir cuando por ahí, quizás al lado, a un paso no más, están torturando, matando, y una apenas escribiendo como única posibilidad de contraataque, qué ironía, que inutilidad. Qué dolor sobre todo. Si al detener mi mano pudiera detener otras manos(...) Me pregunto hasta dónde llegará el hambre de represión de este gobierno, a qué gula responderán, cuál será la glándula que segrega este indiscriminado odio, cómo llegar a detener esta descarga química"
Mas allá de esto vemos técnicas interesantes que nos permiten adentrarnos a una historia con variedad de elementos diferentes que confluyen de manera armoniosa. La polifonia, no solo narrativa sino también textual hacen que cosas como la santería africana,mas tarde cubana, compagine perfectamente con el cristianismo que para la época era potente y de la misma manera puedan ser estas las bases del mandato que resultan al final solo ridiculizando su posición ya que el personaje en si no posee ninguna cualidad divina que se nos hace creer. La crítica persistente a la represión religiosa se resuelve a través de un gran final donde se revierte todo valor propuesto y que nos lleva a comprender de manera magnifica no sólo la ausencia de la sangre dentro de un contexto tan violento como la dictadura sino también el inicio de toda la obra.
De esta manera, los invito a conocer una voz femenina que nos cuenta un momento crítico de su país de una forma irónica y divertida.
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