In cumpleaños don alirio Entrevista nonserviam Picó Primer año

la democratización del ocio: una charla con Don Alirio

ilustración: Gordo ilustra

Esta es oficialmente la celebración de un año de Nonserviam, un año en el que he aprendido un millón de cosas que no hubiese aprendido de otra manera que no fuese escribiendo aquí. Al rededor de este proyecto he ido descubriendo qué es lo que quiero para mi, cómo lo quiero y porqué lo quiero. La música ha sido mi espacio de resistencia y la literatura una casa refugio para todo aquello que sucede en la vida. 

Con esto solo puedo agradecer a todos que desde un inicio apoyaron y ayudaron este proyecto. Principalmente a Alejandro, clave en todo mi proceso de auto-reconocimiento en la música y a Alejandra y Margarita por emprender el paseo aquí conmigo. También a todos los que participaron aportando ideas o redactando, a Jheysson, Cristian, Gabriel, Valdomiro y Michelle. A Julián y Marcela por las fotografías, a Natalia (Gordo ilustra)  por la ilustración, a la casa Biche por toda la ayuda, a los artistas que me han permitido entrevistarlos y a todos los que leen.

Decidí usar esta como mi entrada de año, porque se me ocurrió que cada cumpleaños iba a "homenajear" a alguien que admirara mucho y que aportara en mi proceso personal con la música, por eso la charla que leerán es tan especial. Don Alirio no solo es un coleccionista excelso de la madre África, sino también en un amante picotero que ha dedicado su vida desde hace ya varios años a investigar sobre la música y la cultura que llevamos en la sangre. Bienvenidos a Nonserviam, espero se queden muchos años mas. 


¿De dónde nace Don Alirio? ¿Quién es?

A ver te cuento, el 95% de las tiendas de barrio en Barranquilla son dirigidas por santandereanos, es muy raro que encuentres en una tienda a un tendero de Barranquilla, se dedicaron a otra cosa y le dejaron las tiendas a los de Santander. Todo lo que es Barichara, San Gil, Zapatoca son los pueblos de la gente de las tiendas, la mayoría de esos tenderos tienen un nombre común: Alirio. No todos, pero es un porcentaje muy alto. Estamos hablando de un personaje muy popular, un personaje de barrio. A partir de ahí tomo la decisión de usar el nombre, porque la idea era des-elitizar la cultura. 

Siempre he considerado que cada uno tiene un concepto sobre las cosas, pero el arte es subjetivo. Esa película de lo que diga el curador de la galería me vale huevo, creo que cada quien debe tener su concepto sobre el arte y este fue un proyecto curatorial precisamente. Mira por ejemplo lo popular y lo que no lo es y mira lo que sucede con los afiches de las películas africanas o las versiones africanas de películas gringas. Todo el mundo la ve como algo extraño, dicen “wow” pero en realidad son muy feas, es un dibujo maluco en una pared. 

Entonces, Don Alirio es un personaje, tu lo escuchas y piensas en el tendero, pero aquí, también tiene otro conocimiento más basto, yo estudié historia del arte. Soy administrador y publicista, pero también le di a eso y me involucré y he trabajado con eso, con una visión mas inapropiada, claro está, para los galeristas.

¿Cuánto llevas con el proyecto de Don Alirio?

18 años dándole forma, siendo muy constante. Yo trabajaba como administrador en una empresa de ingenieros, pero sencillamente todo el tiempo, siempre estuvo la música, todo el concepto del arte ahí. Pero hubo un momento de la vida en que pude decir “marica, a mi no me interesa esta mierda, me interesa la música” y me abrí. Un día simplemente amanecí con las ganas y chao, me voy, me fui de ahí, me iba a dedicar a lo mio. Fue muy duro, porque es desde cero, comenzar a hacer algo, en ese momento me decía “yo qué hago aquí” y sin embargo era lo mío, estaba ahí. 

Crecí en un ambiente muy musical, lleno de coleccionistas, de bailes callejeros y en un momento en que el Greenhouse y las series de Clase B las pasaban en Vespertina y en matinee todo el tiempo en Barranquilla, cada barrio  tenia un teatro. Eso alimentó mi retina, me recordaba de cierto tipo de cosas que pasaban ahí, como Piraña de Joe Dante, una película favorita y a partir de ahí se empiezó a jugar con las imágenes de los picós. Mira que las imágenes son muy relacionadas. La cultura picotera se mezcló mucho con esa iconografia popular, ver ese tipo de cosas alimentaron mi creatividad. No se porqué en algún momento dije “quiero vivir de esto”. 

Me ofrecieron trabajar como administrador de un sitio como ese de Divercity, con el mismo concepto, y lo cogí porque el horario era agradable, no me mataba ni cinco y la mayor parte del tiempo ahí craneaba cosas de lo mío y estaba ganando plata. Ya hubo un momento en que eso se acabó y empecé de lleno con la música y ahí he estado, siendo constante, he hecho hasta festivales.

Cuando eres constante, eres serio y responsable, consecuente con tus ideales por lo menos, tu proyecto genera mucha credibilidad, si no es así, es complicado que te crean. No haría parte de algo en lo que yo no crea. Si yo no creo en lo que haces, si lo que haces es una simple moda ahí de mierda para que todos te vean y digan “que cool que estás haciendo esa vaina” yo no voy a hacer parte de eso, así de simple, yo tengo unos ideales. Respeto lo que hace todo el mundo, cada quien hace lo que quiere pero no me involucro en lo que no creo, eso genera solidez, ya te dicen “ve, necesitamos hacer la curaduría de un festival de cine”, ya saben que vas a hacerla con cierto tipo de objetividad y obviamente desde esto —señala el corazón — usted lo utiliza junto con la honestidad para hacer algo y todo bien, si no las hay, vete a hacer bolis, aunque hacer bolis es bacano también pero, marica, hay que ser serios.

¿Cuál es el primer vinilo que recuerdas haber tenido en tus manos que te haya marcado? 
La pregunta que me estas haciendo me parece muy bacana, nunca me la han hecho, siempre me preguntan cuál fue el primero que compré, te voy a responder las dos. El primero que compré fue Comedia de Hector Lavoe, lo compré en el año 1984, todavía lo tengo, intacto como el primer día, ahí está, lo compré por El Cantante, la escuché en El Implacable, el picó. Cuando la escuché dije “marica qué es eso tan bacano, brutal”, era Hector. En ese entonces había una tienda en Baranquilla que se llamaba Africa 2000, vendían zapatos y vinilos, como la tienda de discos de Don Elkin aquí en Bogotá, entonces me fui y lo compré original, americano. No me quedé con solo Hector, quise conocer un montón de discografía. —¿Cuanto te costó?, interrumpo— En ese tiempo los discos nacionales costaban entre 350 y 700 pesos, incluso el precio venía estampado, ese por ser americano me costó un poco más, como 1500- 2000 pesos. Me lo compré porque duré quince días yéndome al colegio caminando y sin comer nada, quería tenerlo. Me iba a pie todos los días y a las 10 de la mañana la hora de la merienda, cero, no me tomaba nada, quería tener el disco de Hector Lavoe.
El primer disco que vi y  me morí fue un disco de Fela Kuti, creo que ha sido de las cosas mas maravillosas de mi vida, estaba muy joven, como 11 años, estaba recién llegado el disco a Barranquilla porque resulta que Oscar Viveros, hermano de Ildefonso Viveros un coleccionista muy conocido que falleció antes de ayer (16 de septiembre) se lo trajo y dijo “ve, escúchate este disquito, es bueno nigeriano, con mucho tambor, se puede programar bien” y en ese entonces Idelfonso tenia un picó que se llamaba Good Love. Fue el primer disco que entró, era Shakara, lo conoces? —asiento— viste la portada? sabias que son las 27 mujeres de Fela? bueno… el disco justo tanto que Ticotin y Donaldo Garcia se fueron a buscarlo porque los picoteros lo estaban pidiendo, ese disco llegó a varios picó y uno fue El Implacable, el de Don Andrés. Yo lo vi y wow, era del putas, yo no lo tenía porque tener un disco africano es una cosa muy difícil, incluso aun. Tu puedes irte para Kenia, para Tanzania, el Congo, Ghana, Nigeria, pa’ Senegal y puedes encontrar mucha música, pero olvídate que vas a conseguir los duros, los que son, esos discos están en París, en Bruselas y en Barranquilla. Aun es muy complicado, antes los navegantes traían discos e igual por mas puerto no era fácil porque acá llegaban 4, cuesta plata tener un disco de esos, por eso yo casi no saco mis originales, he tenido muchos cacharros ahí.

¿Cómo llegas a El Implacable?

el picó quedaba a dos cuadras, desde muy pelados nos poníamos a picotear, a poner música, sonidos africanos. Los picoteros siempre han sido selectors, programadores, como los jamaiquinos. 

¿Qué tan importante es el rescate de la tradición a través del picó como maquina y los picoteros?

El picó es algo que debería asociarse no solo en Barranquilla sino también en Bogotá o en cualquier otra ciudad, porque estamos hablando de un sistema de sonido que democratizó por completo el ocio y el entretenimiento, de un momento en la historia de la música importante, te lo pongo en contexto. Hubo un momento en que en Barranquilla solo había bailes de salón, los que eran con Lucho Bermúdez y Pacho Galán. Y la gente del barrio no tenía plata para ir al hotel del prado a bailar, entonces al igual que en Jamaica dijeron “hagamos nuestras propias fiestas, no necesitamos ir a eso”. 

Eso no solo sucedió aquí, también en Kingston, en el Bronx, en Bristol, haciendo que un sistema de sonido democratizara el baile. Barranquilla es una ciudad industrial, haciendo que todo el mundo en los 60-70 se levantara a camellar para buscar que comer, también necesitaban divertirse un fin de semana, pá donde se iban a ir? cerraban la calle, ponían un sistema de sonido y se ponían a bailar. Eso además generó una economía a pequeña escala que le dio una mejor calidad de vida a los de clases populares, porque cuando tú organizabas una verbena, en ese momento ganaba el picotero y el picó. Con un picó vivía toda una familia, todavía lo hacen, también cualquier cantidad de negocios callejeros done a todos les iba bien. 

Yo creo que es un fenómeno cultural que debe ser reconocido en toda colombia por eso, que acá en Bogotá no se dio el mismo asunto fundamentado en un picó, listo, pero que estoy seguro que sí sirvió para que las clases menos favorecidas también tuvieran su momento de vacile.

¿Qué afectaciones trae el código de policía nuevo a la industria picotera? 

el código de policía ha afectado mucho la escena picotera de  Barranquilla y de Cartagena, mas la de Barranquilla porque ahí hay más picós, en este momento hay más de 150 registrados y, no nos digamos mentiras, también al igual que lo que sucedió en Kingston, por ser un baile que se generaba en un entorno popular no todo el tiempo había una belicosidad pero sí existían, mas que todo en los barrios pesados, eso estigmatizó un poco, se generalizó. Una verbena en algún barrio podría ser pelea fija, entonces las autoridades decían “si se arma una pelea aquí, también allá” y eso es falso.  Entonces tienen a la cultura picotera al rojo. Igual yo converso con los picoteros mucho, yo crecí en música pero me llené de academia y siento que eso falta en los picoteros. A mi me gustó la investigación, ir más allá, otros asuntos y me convertí en el vocero de ellos ante la secretaría de cultura, yo voy y le quito por completo esa imagen de los picoteros “estas equivocado, lo que dices no tiene ningún sentido. Estás satanizando una cultura por una vaina que pasó en un lugar, no lo hagas” entonces le pongo la parlamenta de como es el asunto y ya. 

De hecho en Kingston los picós son patrimonio cultural, en inglaterra, en Londres, los sonideros en mexico tambien, la unica parte es acá, pero estamos trabajando en eso, lo que pasa es que es difícil, los picoteros son difíciles, yo hablo con ellos y les digo “hey, bájale a las revoluciones”

¿Por qué dices que falta la academia?

Estamos viviendo tiempos tan vertiginosos y globalizados que si no lo hacemos vamos a terminar convirtiendo eso en una rumba mas, de eso no se trata, tiene que tener discurso, eso es lo que genera entendimiento alrededor del mundo. Sí tiene que existir, no somos una fiesta mas, que rico la fiesta, pero estamos hablando de algo que tiene cualquier cantidad de vertientes. Podemos hablar de música,de baile, de lo antropológico, de lo social, de lo que ocurrió con las rayadas de los discos para que otros no supieran cuál tenías, es una historia ni la hijueputa para desconocerla. 

El odio estuvo muy involucrado, si yo no quería que un man tuviera el disco le rayaba el label para que ni él ni yo supiéramos qué disco era, pero le ponía un nombre que fuera a lo que me estaba sonando a mi. 

¿Cuál es el disco más raro de tu colección? 

Es muy reciente, aunque, yo no tengo discos raros, no los considero así, sólo no son fáciles de conseguir,pero hacen parte del folclor de otro lado y ya. Hace poquito me encontré un disco de una orquesta antillana de Antigua y Barbuda que es de covers de canciones de Heavy Metal, con canciones de Def Leppard y Judas Priest y wow, son covers pero son en calypsos y socas.

¿El disco que más te haya costado dinero? 
Un disco de un músico de Brazzaville que se llama José Missamou, se llama “Eres la que quiero”. Fue un disco que ganó un concurso de coleccionistas una vez, llegaron solo dos copias y por pura casualidad de la vida lo encontré en Marsella, no me costó lo que ellos, los otros dos, pagaron, creo, si mal no estoy, que pagaron como cuatro o cinco millones cada uno, no me costó eso pero si bastante.

De todos los destinos a los que has viajado ¿En dónde hay mayor movilización de vinilos?

Colombia tuvo un gran movimiento, Medellín fue una ciudad discográfica, porque de todas formas fue donde se gestó la cuna de la industria con Discos Fuentes, aunque nace en cartagena en el 1934. Se traslada a Medellín porque ahí estaba la tecnología, habían muchas disqueras. Hemos sido un país muy musical, lo que pasa es que los extranjeros como siempre se llevaron todo, nos dejaron pelados. Un disco de cumbia costaba dos mil pesos, pero cuando llegaron los extranjeros putearon el mercado, los vendedores en Colombia no te venden a precio normal porque ellos los pagan más caros. 

Pero ya casi no hay, puede haber música en la casa de alguien, pero en tiendas y bodegas no tanto, porque la gente está buscando joyas, las joyas no las van a encontrar porque ya se las llevaron. Colombia es un país muy musical, México es absurdo, estuve allá el año pasado por un libro en el que estoy trabajando de picoteros y sonideros y la relación de ambos formatos y fui y puede haber la cantidad de discos que se te dé la gana. Fui a mercados, pulgueros y hay muchos, son bodegas llenas. Hubo mexicanos que trajeron salsa a Colombia, por eso es que allá bailan tan bonito que bailan el mambo los mexicanos, allá llegaron con mucha fuerza, el chachacha, los danzones. Incluso aun consigues bares donde cantan Chachacha y Mambo. Hay mucho

Igual y hay ferias grandes en otros lados, en Holanda hay una  pero es porque se reúnen muchos. Pero México es de locos. Ahora bien, lo que yo busco es música africana. Hay que ir a París, Bruselas, hay más música africana que en la misma áfrica ahí.

¿Cuál es el disco con más viejo que tienes?

una versión de Las Seis Lindas Cubanas que conseguí de Tabu Ley Rochereau, Docteur Nico en  L’African Fiesta, es del año 1955, es el más viejo. tengo unos del 40 pero esos no cuentan porque fueron re-ediciones que compré después.

Llevas la cuenta de la colección ¿sabes cuántos discos hay?

Ya no tengo el numero exacto, pero deben haber como unos doce mil. Me he desecho de muchas cosas realmente, el año pasado vendí dos mil que tenía repetidos, tenía un LP y como cinco veces más el mismo. Me lo encontraba por ahí y era “este está con una rayita menos que el mio”, “este es la versión colombiana”. Pero hubo un momento en que dije no más y me deshice de dos mil y en este momento estoy haciendo una selección de cosas que tengo y que no me importan. Realmente las tengo ahí como por no sé, como el disco de Amparo Grisales, es una reliquia, ya no se consigue, pero no me interesa, los estoy reuniendo para re-negociarlos. 

Quiero que cuando tú metas la mano en mi colección, cosa que tampoco dejo que pase mucho,lo que encuentres sea contundencia.

¿Quien va a heredar doce mil discos?¿qué pasará con Don Alirio después?

No, yo no sé, donarlos, es algo en lo que últimamente he pensado. Veo tantas películas apocalípticas y digo como “marica, ahora mismo llega el meteorito y se me dañaron todos los putos discos”. Claro, qué va a pasar, está toda la música y toda tiene historia, porque entre otras cosas cada disco tiene historia. Si usted no tiene una historia en cada una de las cosas que tiene como coleccionista, vale huevo, porque tener plata y darle clic a comprar en amazon es muy fácil, yo sé que no todo el mundo tiene plata para hacerlo pero si la tiene puede hacerlo con un click, eso no tiene historia, no tiene gracia, eso lo puedo hacer yo. 

Lo bacano es cuando los discos te caen, cuando aparecen. Claro que entro a plataformas, pero te aseguro que cada disco que me interesa, de ese, solo hay dos copias para todo el mundo en venta, no vas a encontrar treinta mil los compras tu o te jodiste porque solo hay dos. se eso se trata. He cambiado cinco LP’s por uno que me interesa. Digo “ese LP qué” y me dicen “no lo vendo, se lo cambio por cinco suyos que me interesan” y ahí analizo cuáles son “este lo tengo por ahí, este otro lo puedo levantar, estos tres son fáciles de conseguir porque tengo quien” o “me estas pidiendo cinco pepazos que no cambio”

Cuéntanos alguna crónica vinilera, de coleccionista

Hay varias. En el 97 estuve en un evento de coleccionistas de Barranquilla, muy bacano, estaba pelado. Ese día, el Nelson Fontalvo, que es uno de los coleccionistas asi duros de Colombia, de los que paga diez millones por un LP, se tira un disco, un bugalú hermoso que se llama “Tú Eres Mi Vida”de Joe Panamá. Joe Panamá era el inicio de lo que fue después la orquesta de Joe Cuba. Cuando no existía Joe Cuba con Cheo, el quinteto se llamaba Joe Panamá, ese man tiró el disco, del 1967, prensado por DECCA en Inglaterra. Cuando lo oí dije “qué es esa vaina tan linda en la vida” es hermoso, el man quedó campeón.  
En los encuentros, los coleccionistas en ese momento iban con los discos en bolsas negras de basura para que los otros competidores no se dieran cuenta porque si tu me lo veías y vas primero que yo en la programación entonces lo ponía y me lo quemabas, ya no lo podía usar. Los llevaban envueltos. Nelson se daba el lujo de no meterlos en ninguna bolsa porque cada disco que llegaba, él sabía que nada más lo tenía él.

Ese disco siempre lo vi como algo inalcanzable. Me mudé a Medellín hace 10 años y lo primero que hice fue buscar discos.Fui y Eliecer Perdomo, el dueño de la tienda, recién había desempacado unos discos de Estados Unidos y adivine quién estaba ahí, Joe Panamá. Tengo la edición original de esa época y resulta que ese disco se prensó en colombia y me lo volví a encontrar, tengo la edición colombiana también, es tan duro que tuvieron que reeditarlo en el 2011, pero yo tengo las originales, el disco calló en mis manos.

Tengo otra y esta si es muy buena.

Resulta, pasa y acontece que los hermanos Perdomo compraron una colección en Pereira de sesenta mil LP’s, había de todo cuando la compraron me llamaron, empezaron a llamar a todos los compradores de todas partes. Yo me fuí y cuando llego, lo primero que me encuentro es un disco de un barranquillero que se llama Luis Gómez que hizo un disco que se llama La Descarga Tropical, de salsa barranquillera difícil de conseguir y muy duro, es un disco bravo, cuando lo vi no lo tenia, ya lo tengo, pero eso fue hace como cuatro años, yo lo vi y dije “ese disco es mio, lo compro” y va y me dice el man “no, me lo acaban de comprar”, en 40 lucas “le doy  cien barras por eso ya” y me dijo “no hermano, yo no lo puedo vender, a ese coleccionista le vendo mucha música, no voy a perder un cliente, es duro”. Le iba a dar 200 lucas y no me lo vendio.

En esas llega un taxi y se baja el coleccionista. Ese día yo había negociado en la mañana un disco de un salsero venezolano que se llama Car Ponce y el disco es Te Doy Sabor, no se consigue, lo pongo en competencias. Cuando él lo vio debajo de mi brazo, se quiso morir y sacó como toda su astucia de viejo zorro comprador y me dice “le doy lo que sea”, me ofreció dos millones. “Vea, afortunadamente no tengo problemas de plata. De pronto, si más adelante tuviera, lo negociamos, pero este disco lo perseguí mucho tiempo”

Se puso un poco pesado, pero luego se le pasó y me dijo “ve, no tienes el disco de Los Tagangas”. Los Tagangas fue una orquesta argentina que grabó en el año 1961 un disco acá en colombia que se llama La Cumbia Negra y no, le dije que eso no lo consegui por ningun lado, no está en Colombia, es una joya. Que un señor como el, que tiene la plata para comprar cualquier disco que no lo tenga, es porque es una joya difícil de levantar.

A la semana siguiente me llama una amiga mía que se llama Ximena y me dice “Carlos, mi abuelito tiene disquitos que quiere echar a la basura, como 20 y yo le dije que no porque tenía un amigo coleccionista” y le respondí “ve, Xime, por más de que coleccione discos no me interesa tener basura en la casa, mandame una foto y si algo me sirve, de una”. Ya usted sabe que pasó, estaba ahí el disco de Los Tagangas. 

Le dije que por ese disco me estaban ofreciendo un platal y ella contestó “usted prometame que no lo vende y yo se lo doy”. Yo tengo el disco de Los Tagangas.

Otra, cuando estábamos haciendo el libro de Latina Stereo, la emisora de medellín, son 24 horas de salsa. Me dice Juan Fernando Pila el director de Universo Centro que querían un artículo mio de crónicas en el libro de coleccionista, que honor, inmortalizar algo mío en un libro de esos, lo hice de una. Al otro dia ibamos a tomar las fotos para el libro, en la bodega del mocho. El Mocho era don Gilberto Giraldo, tenía una de las bodegas de música más grandes de medellín, pero había 200mil LP’s más o menos. 

Cuando estamos tomando las fotos se parece José, un coleccionista caleño de rock y me preguntó por el disco de La Pestilencia, no se conseguía. él buscaba todo el rock medallo en ese momento. Juan Fernando estaba escuchando y me preguntó qué me decía José.  “tú sabes que en los 90 fui fotógrafo de esas bandas y a mi esos manes me daban discos por las fotos de las carátulas, hay una caja en la casa, te la regalo”. Todos los tengo yo originales. 

Discos que todos debamos escuchar (den click en el nombre para escuchar)

Sweet Mother de Prince Nicou, es nigeriano, creo que hay que escucharlo no solo porque es bueno, sino porque es el más vendido en la historia de la música africana

Twist Away! de David Melanio Rivera es un disco de Chachachas muy bueno, es dificil de conseguir pero fue reeditado, incluso esa reedición es de plata porque tampoco se consigue 











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