Realizado por: @gothnorrea
Un joven bogotano, estudiante de artes de la Pontificia Javeriana, se aburre en Canadá y escribe unos versos sobre su anhelo de tener un Mercedes Benz de los años noventa. Así es como Pablo Jaramillo encarna a Ha$lopablito inspirado por Akapellah y su exposición de los problemas en la cotidianidad venezolana en tiempos de dictadura, sin saber que se convertiría en lo que muchos hoy llaman un “artista revelación” de la escena musical bogotana, todo por rapear lo que muchos sufrimos y trapear con el gobierno colombiano.
Un joven bogotano, estudiante de artes de la Pontificia Javeriana, se aburre en Canadá y escribe unos versos sobre su anhelo de tener un Mercedes Benz de los años noventa. Así es como Pablo Jaramillo encarna a Ha$lopablito inspirado por Akapellah y su exposición de los problemas en la cotidianidad venezolana en tiempos de dictadura, sin saber que se convertiría en lo que muchos hoy llaman un “artista revelación” de la escena musical bogotana, todo por rapear lo que muchos sufrimos y trapear con el gobierno colombiano.
En esta ocasión nos trae su producción más grande hasta el momento, que junto al EP que lanzó en el 2017 parece ser un juego de palabras que el mismo Pablo usó alguna vez: “No Son Drogas, Es el Puto Sueño”. Con la producción del que en ocasiones ha llamado su hermano, Aaron Moreno, este par trabajaron duro para entregar este disco que, aunque en todo me suena igual Pablo diga que su carrera “tiene fecha de caducidad”, se espera que sea el primero de muchos.
Desde que empieza a sonar un sample de Sin Poderte Hablar de Willie Colón se sabe que este álbum será seguramente una agradable sorpresa. Una vez da paso a las primeras barras de Pablo, quien rapea casi bailando sobre el beat, no se reprime, no se guarda nada: con unas rimas firmes y “referencias constructivas” a reconocidos personajes colombianos como Lucho Herrera y Jairo Varela, introduce al oyente la imagen de un muchacho sencillo comiendo empanada con salsa tártara mientras engrasa una consola componiendo temas. La producción de Tráptara y de la gran mayoría del disco es muy sobresaliente, al punto de que muchos se sorprenden de lo bien que salió, se nota la mejoría desde No Son Drogas; y es que claro, producir desde un baño es más bien complicado.
Como ya es bien sabido, Pablo prefiere escribir sobre Transmilenio, cigarros, vino barato, empanadas y echarle madrazos a la derecha colombiana antes que hacer trap que sea únicamente “hablar de putas, de pistolas y de drogas y de culear y de plata”, y deja muy claro esta nueva concepción que usa para el trap en casi todas sus canciones, pero en este álbum se destaca particularmente en trabajos como Trappin’ en el D1 y Narcofake, una crítica fuerte a la narcocultura como una moda actualmente. La primera hace hincapié especialmente en la gente que vive de apariencias: “no he flexeado lo que no he comprado”. También se ha caracterizado por incorporar como herramienta lírica anglicismos, de manera moderada, sin generar rimas que parecen forzadas,funcionan. Se nota cómo ha$slopablito va creciendo como artista ahora que las cosas se pusieron más serias. A medida que se ha ido relacionando con otros artistas de la escena nacional, sobretodo de Antioquia (recordemos que fue a tocar a Medellín recientemente), deja reflejar ese intercambio cultural incorporando palabras propias del dialecto paisa, para dar como resultado una mezcla lingüística suave pero rica, que sigue siendo aún muy cercana a quienes lo escuchan.
Ahora bien, Narcofake está en un ambiente algo diferente. Abriendo con una muchacha paisa hablando sobre lo que parece ser la estereotipificación de las mujeres, Tsh Sudaca se hace sentir en esta colaboración, lastimosamente, con rimas muy cojas, que en ocasiones incluso se repiten sin disimulo, en contraste con las rimas de Pablo que demuestran firmeza y buen uso del lenguaje para contribuir al tema con sutiles juegos de palabras que enriquecen la imagen de la canción. La crítica abierta a una glorificación cultural – referenciando al cartel de drogas de Medellín – y todo lo que ella modifica en comportamientos sociales contemporáneos se presenta como un pilar firme de apoyo para las imágenes que se desarrollan a lo largo de la canción. Cuenta con unos samples muy buenos y el coro es refrescante (“música fresca”), relajado y pegajoso, lo que fácilmente la hace memorable, al igual que Tráptara.
Este álbum incluye por supuesto dos sencillos que se lanzaron hace tiempo, entre ellos Tm Everywhere, que más allá de ser sólo una queja abierta al sistema de transporte público bogotano, es moldeada alrededor de la imagen de ir en el Transmilenio con la novia de alguien más que aparentemente siente atracción por uno; así, los problemas de transporte que le aquejan son menguados por la buena compañía.
Dentro de la humildad y algo de conformismo por la situación, porque “toca”, los sablazos no parecen perder fuerza ni mucho menos, y todo esto se logra con el relato de situaciones con las que es muy fácil identificarse, a través de versos generalmente bien logrados. El segundo sencillo incluído, Áspero, ya era bien conocido por el público, y es sencillamente una oda al importaculismo, elemento frecuente a lo largo del álbum. También, es una invitación a quien lo oye a adoptar esa posición y disfrutar el momento con los demás. Es con esta canción en la que se empieza a vislumbrar el potencial que Aaron y Pablo tienen juntos a nivel de producción musical. Dentro del álbum está bastante bien ubicado: después de toi loko (trap básico #1), una canción básicamente dedicada enteramente a los “haters” a pesar de que venda la imagen de que no importan, y antes de gusto culposo, que dedica sus versos a explicar cómo muchos de los que critican nada constructivamente el trap y/o se niegan a él (o incluso, esta nueva rama de él), casi que a escondidas lo disfrutan. El llamado “trap básico #1” termina siéndolo, el beat en realidad no es elaborado (a nivel de producción bien pudo ser parte de No Son Drogas o un sencillo) e incluso tiene el mismo ritmo de granizo, por dar un ejemplo, los versos no son nada complicado tampoco. Son rescatables las referencias al Profesor Súper O y el sample de la Cevichica, pero por lo demás siento que el álbum no necesitaba esta canción más allá de ser compañía de las otras dos canciones mencionadas anteriormente.
Gusto Culposo por otro lado es un acierto conjunto, la manera ideal de cerrar el álbum. Una canción pegajosa que se aleja un poco del beat de trap para convertirse en algo más bailable incluso, que busca a fin de cuentas el disfrute de la música sin complejos, dejándose ver entre los coros al fondo como de quien está simplemente cantando en un toque, y todos los elementos melódicos se unifican para prestarse a este fin.
Hablando ahora de las otras colaboraciones, empecemos con la mejor lograda: Los Peches Remix, con Rap Gang Club, no es una sorpresa. A pesar de que sea un poco disonante que canten todos juntos el coro, los demás elementos de este remix opacarían cualquier error. Pretendiendo difuminar barreras sociales a través de la música, se le dio un giro algo pronunciado al concepto que manejaba la canción originalmente desde el momento en que deciden decir “súbele un poco a la música” en vez de “bájale”, mandando después a la mierda a la fuerza policial, agregando un toque anárquico al asunto; a pesar de todo y evidentemente, se mantienen muchos de los versos originales porque son, por supuesto, el pilar estructural de la canción, pero una vez Rap Gang Club entra en la ecuación con unas barras excelentes, pasa de ser ligeramente conformista a ser más importaculista que otra cosa.
En el otro lado de la moneda tenemos todo me suena igual con CERO39, que resulta ser una canción… algo curiosa. Es evidente que es la más alejada a lo que podemos concebir como Trap, puesto que CERO39 es reconocido por sus beats llevados por el lado de la tropicalia y la rumba en torno a la tradición. Aun así, dando un toque diferente al algoritmo del disco para mi, no es una canción bien consolidada, está llena de rimas que no son convincentes y están desordenadas, como si hubiese hecho una lista de forma rápida sobre lo que genera inconformidad y las hubiera puesto sin mucho cuidado en una canción.
Sin embargo, de alguna manera se rescata que Pablo aquí deja entrever un miedo a dejar de ser relevante musicalmente, algo que no está presente en sus otros trabajos, puesto que está enmascarado detrás de una actitud en la que aparentemente todo da igual. Este es un aspecto más personal y humano del artista. Pero, a decir verdad, no se ve claramente lo que quería lograr con esta canción.
Sin embargo, de alguna manera se rescata que Pablo aquí deja entrever un miedo a dejar de ser relevante musicalmente, algo que no está presente en sus otros trabajos, puesto que está enmascarado detrás de una actitud en la que aparentemente todo da igual. Este es un aspecto más personal y humano del artista. Pero, a decir verdad, no se ve claramente lo que quería lograr con esta canción.
Los seguidores de los Changuaboyz dirían que interludio es lo que se podría llamar “changuaracha”, porque es eso, guaracha con el sello de la ya conocida, onda changua y más nada. Producida con más esmero y con un poquitico menos de electrónica para que sea más digerible sin perderle el gustico. Es como el descanso para farrear por un minuto y si uno cierra los ojos puede ver luces strober de discoteca y percibir un tufo a guaro suave. De Merchopercho, su debut, ya se ha dicho lo que se ha tenido que decir. Granizo comparte quizá un poquito la idea de Bruce y Margaret de Nicolás y Los Fumadores, sencillamente por el tono de queja hacia una muchacha, aunque algo más agresiva. La caída de la lluvia y los terrones de hielo se mezclan bien con el beat para luego dejar ver que, a todas luces el granizo, o más bien, los cambios de clima bruscos comparados con los cambios de parecer de la chica, son usados como metáfora para una relación problemática, pero a su vez sirve como ilustración del clima de la capital. A lo largo de su corta carrera Pablo ha hecho uso de Ad libs o contrapuntos propios del rap y el hip-hop contemporáneo, recordando por ejemplo a Travis Scott, pero lastimosamente no tan bien logrados. En esta canción hace uso del "yas", que creería yo es el único que realmente parece dominar sin mucha dificultad. Parece que hiciera una referencia a Mil Horas de Los Abuelos de la Nada al decir “yo mojándome en tu lluvia más de una noche”, pero a su vez hace referencias explícitas más locales como a Manuel Turizo, La Etnia y Bad Bunny. Es también un tema, como se dice coloquialmente, valeverguista, pero difiere un poco con el ambiente siempre crítico de su música en general, lo cual se le reconoce, porque a pesar de que ese sería su aporte innovador al género, que se vuelva monotemático tampoco es la idea. Tiene buenas rimas y el coro es pegajoso, próximamente se verá coreado.
Por último tengo Colombia país de mierda y es así porque tiene un poco de todas las críticas que hasta el momento ha hecho este señor, porque claro, todas se basan en cositas de este hermoso maizal. Junto con ledoy y nos llevó el p*tas, son sus temas de tinte más político, pero en este caso se mete más también por el lado de las repercusiones sociales. Quiere cojear a veces en rima y ritmo en el verso y hay una que otra redundancia lírica, pero es una canción fuerte y enérgica y abarca muchos puntos problemáticos a nivel nacional y la influencia de otras problemáticas de países vecinos, e incluso sus consecuencias en el comportamiento cultural, y tiene un puente chévere. En general un buen tema pero no el mejor del álbum.
En pocas palabras, ha$lopablito está logrando poquito a poco lo que desde un principio se propuso pero reconoció con seguridad un poco después, y es hacer un aporte diferente al género del trap en Colombia. Para ser éste su primer trabajo discográfico extendido, es un logro, con sus flaquezas incluidas, porque se está empezando a ver su evolución como artista y compositor, a pesar de que todo ha sido un proceso más bien acelerado y repentino. es el puto sueño es una pequeña muestra de lo que Pablo Jaramillo y Aaron Moreno son capaces de hacer juntos: este álbum es el primogénito de este matrimonio de hermanos, y es bonito, parchado e irreverente. Seguramente el público seguirá a la expectativa de más producciones de parte de este par, porque no hay duda de que son capaces de hacer cosas más grandes que esta.
Esperamos los Changuaboyz nos mantengan informados al respecto de cualquier novedad y que como nuevos artistas en lo que llamaríamos “la escena”, sigan trabajando siempre en busca de la auto-superación con beats cada vez más ásperos y versos todavía más aletas, sin perder su esencia y sin olvidar de dónde vienen: “Bogotown coolin parce yeah that's where i stay”.
Me encanta la idea de utilizar la realidad Bogotána en la música. Es decir, siempre se deja que la cultura extranjera nos invada. Es decir, es muy diferente hablar de TM a "oigan mirenme como canto en frente de un carro caro con mujeres bailando"
ResponderEliminarGran Artículo!