Hace mucho no nos veíamos por aquí y es que, después de pensar en dónde más podría compartir las playlist, no di con un lugar más certero que este por una simple razón: es un lugar virtual propio, del cual solo se borrarán entradas porque yo misma lo haga. Así que sin más rodeos, les doy la bienvenida a esta fugaz pasada por Nonserviam, hasta que sepa cómo volverlo a poner en pie solita.
Como es de conocimiento público, una de mis mayores preocupaciones en la industria de la música ha sido difundir artistas de todo el mundo para su escucha porque estoy segura que no hay nada más falso que decir que no hay suficientes mujeres en la música. En este ejercicio de buscar y descubrir, he encontrado más de 500 artistas que decidí compilar para compartir. Para mi, es una enorme alegría que de todas ellas se queden con al menos una, porque sé que de a poco irán, tal como yo, encontrando más.
La entrega seguro llega tarde para el 8M —la fecha donde tradicionalmente publicaba— pues aún no había terminado de unir la lista que tenía en papel a las listas de reproducción. Sin embargo, este ejercicio no se reduce a un día, ni a un mes, ni a dos. Es una invitación para que le den cabida a artistas y productoras todos los días del año.
Este es un muy pequeñísimo aporte a acercar más artistas a otras audiencias, para que apoyen su música y, en un futuro post- pandemia, tengamos la oportunidad de ver más mujeres en los diferentes festivales tanto nacionales, como internacionales.
Apoyen a las Dj's, a las músicas, a las productoras. Gestionen espacios seguros y libres de violencias de cualquier tipo, eso incluye la económica. Paguen lo correspondiente por los articulos que compran, los eventos a los que asisten y si son aquellos quienes pagan los eventos, paguen lo justo a cada artista. No sexualicen a las artistas, no las revictimicen cuando denuncian.
Sin nada más que agregar, a continuación dejaré los enlaces dónde encontrarán las ediciones de años anteriores y las 2 últimas playlist, cada una con 100 artistas nuevas :), pueden dar clic en las imágenes o en los títulos para abrir ♥.
El pasado seis de septiembre la creadora de este blog escuchó por primera vez a Vetusta Morla. Para quien escribe, resultaba inaudito que la mujer más melómana de américa del sur no se hubiera topado nunca con el grupo español. Fue faltando dos horas para la realización de la presente entrevista cuando, tras haber robado el wifi de un establecimiento público, me senté junto a ella y la encaminé por el camino santo.
El arte de Mismo sitio, Distinto lugar la deslumbró tanto como la voz de Pucho respirando por su oído izquierdo. La guitarra de Guillermo Galván la estremeció. El bajo de Álvaro Baglietto la silenció. David García le dio vida entre los estruendos rítmicos de su batería y por poco Juan Manuel Latorre la logra hacer bailar. Menos mal que Jorge González la mantuvo estable. Lo que fue una mañana tranquila pudo haberse convertido en el Concierto Radionica del siguiente día.
Quien ha oído por bastante tiempo a un grupo, entenderá el sentimiento de escuchar una canción como si fuese la vez primera. Cierto sonido y cierta voz quebrarán cierto latido mientras la música no deja de manifestarse viva. Oír a Vetusta Morla junto a alguien que registraba un nuevo latir sonoro, fue gritar Valiente en el Copenhague que ha sido Bogotá para quienes nos hemos perdido en un par de Cuarteles de Invierno. Es por esto que al poder sentarme por unos minutos con la banda, me resultó inevitable no hablar del tiempo, los espacios, las ciudades y los viajes. De este modo, un día en el mundo se alejó de los días raros que aún naufragan a la deriva. Agradezco a Nonserviam por la oportunidad y trascribo a continuación la entrevista que culmina con un punto sin retorno.
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Los últimos dos conciertos son los que han tenido más difusión a nivel del público que habita la ciudad ¿cómo han sentido ese proceso de cambio que se manifiesta también un poco en los álbumes? Antes de venir acá, escuché de nuevo cada uno de ellos y noté algo muy bello: la forma en la que todo ha evolucionado hasta Mismo Sitio, Distinto Lugar. Todo se ha sentido como un viaje a la deriva que ha terminado en un sitio y quisiera saber si esto se relaciona con su evolución como banda.
David: Bueno, es una pregunta complicada, estamos hablando de un tramo de mucho tiempo, muchos años. Nosotros tenemos la suerte de que gracias a los discos podemos ir haciendo giras y bueno, la primera vez en Colombia, no sé cuándo fue, fuimos al Estéreo Picnic aquí en Bogotá, ojalá podamos repetir en algún momento y estuvo muy bien, ya notamos que había una buena recepción por parte del público y desde ese momento Colombia se convirtió en parte indispensable de nuestras giras como lo es cualquier ciudad de España y la evolución se nota con cada visita que hacemos, notar el calor del público cada vez más grande
Me interesa saber la construcción de los álbumes, el uso de los conceptos. Siento que cada álbum es muy conceptual y que el progreso de cada álbum es un concepto que se va hilando. Quisiera saber cómo es el proceso, el nivel de conciencia para hacer conceptual todo.
Guillermo: Bueno, partiendo del último disco que trata más lo formal, queríamos dar un cambio a nivel de producción, de sonido y para ello sentíamos que la mejor manera de hacerlo era cambiar el proceso. La pre-producción fue distinta. Grabamos con otro productor, Carles Campón, grabamos en un estudio de Berlín, trabajamos con Dave Fridmann, uno de los productores de cabecera de mi músico favorito que tuvo un proceso dentro de la mezcla a nivel creativo muy importante. Nosotros veníamos de hacer discos donde en las mezclas se dejaba colocado todo lo que sucedía en el estudio, pero quizás lo que hacíamos era peinar lo que ya había. Pero en Mismo Sitio, Distinto Lugar se tomaron muchas decisiones que tienen que ver con los arreglos y la esencia misma de cada canción.
Entonces, yo creo que Mismo sitio, Distinto Lugar sí que ha sido un disco en el que quizás el concepto no es tanto lírico, aunque tiene mucho que ver con romper un montón de cosas y cambiar no tanto el objeto sino el punto de vista, mirar las cosas de otra manera y usar la ironía y el desconcierto. Hablar mucho más de nosotros mismos de lo que habíamos hablado hasta entonces. El resto de discos eran como más de lo que estaba sucediendo fuera, sobre todo La Deriva, que era quizás el disco más frontal en el sentido lírico de contar lo que pasaba a nivel social. Era un disco centrado a nivel rítmico. Veníamos de Mapas, que era mucho más atmosférico y cinematográfico, con introducciones muy largas a las canciones, con muchas texturas y capas. Era un disco para escuchar con los ojos cerrados y La Deriva era uno para escuchar con los ojos abiertos, ¿no? y Un Día en el Mundo, volviendo al concepto, al final era un disco de presentación, era elegir lo mejor que habíamos hecho hasta el momento y sacar la interpretación de los temas. Veníamos de hacer muchos conciertos y para nosotros el fuerte era hacer una foto de lo que era Vetusta Morla en directo y eso fue un poco ese disco. Una tarjeta de la banda a nivel estético, un grupo humano tocando y siendo una piña. Es bonito ver cómo en cada disco te planteas un reto nuevo de intentar no repetir lo que has hecho en el anterior.
Quisiera hablar ahora de la parte visual. La forma en la que esto se relaciona con los sonidos dentro de los álbumes es bastante peculiar. En el último álbum se nota cómo se integra todo en cada video que acompaña las canciones: se unen, se deshacen, van y vienen un montón de cosas ¿cómo es el proceso de definir lo visual, lo gráfico y lo cinematográfico?
Jorge: Bueno yo creo que no podemos unir lo que es el proceso de la creación del arte de disco, de la producción del álbum en formato físico a cómo se conceptualizan los videoclips o algunas piezas que en esta gira que hemos podido desarrollar en redes sociales para ir contando en cierta medida lo que hemos ido viviendo con los conciertos. Estamos en un momento en el que hemos aprendido un montón que cada medio tiene su código, pero lo importante para nosotros es que cada que hacemos un planteamiento que complemente a la canción haga que sea una experiencia la hora de abrir un vinilo, con las ilustraciones y con un formato distinto intentando explicar y llevando el concepto más allá del disco. O que cuando planteamos una pieza para instagram de un minuto en la que cuenta cómo fue el concierto en Lima o en Albacete o en la ciudad que sea, hemos tratado de enlazar las ideas y sacar del disco algunas sonoridades, las sacamos de contexto y las hemos utilizado para ambientar eso.
Ha sido un trabajo bien bonito a la hora de poder contar cosas, ya que cada videoclip tiene su propia historia. Influye mucho también si es un videoclip que sirve para decir “hola, Vetusta Morla vuelve con un nuevo disco que se llama Mismo Sitio, Distinto Lugar” a otro videoclip que es un reflejo del día en el que tocamos en Madrid frente a cuarenta mil personas. Necesitamos dejar eso en imágenes, una vivencia nuestra personal junto con un montón de gente que nos ha apoyado y que está ahí. Pero todas esas cuestiones visuales lo que pretenden es llevar lo que queremos, contar un poco más allá, teniendo una identidad por sí mismas.
Hablando un poco del gran alcance que han tenido desde hace un par de años, todo el tiempo los veo en muchas ciudades, de un lado a otro. Algo que siempre me he planteado sobre ustedes es la relación que tienen a veces con los espacios. Desde las líricas y el concepto, tanto como la canción Copenhague que siempre fue un himno hasta pasar a 23 de Junio ¿Cómo ha sido su relación con los espacios a través de la música?
Guillermo: Es un tema sobre el que hemos pensado en este último disco bastante. Mismo Sitio, Distinto lugar hace referencia a eso, que al final las canciones no dejan de ser espacios que tienes que habitar y que dependiendo del momento de tu vida o de la persona, se habitan y se sienten de una manera distinta. Incluso en la misma canción. No es lo mismo escuchar algo cuando tienes dieciocho años y te da pistas de lo que quieres ser como ser humano, que cuando tienes sesenta años. Las canciones siendo las mismas, funcionan de manera distinta.
Y yo creo que las ciudades al final, sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, han tenido un peso importante dentro de la literatura, dentro del cine y de los movimientos culturales que a nosotros nos han podido tocar, significan cosas. El hecho, por ejemplo de ir a Berlín a grabar significaba algo también, siempre decíamos que Berlín era una ciudad llena de capas y donde habían pasado durante el siglo XX cosas muy importantes cada diez años prácticamente. En el mismo lugar hubo una guerra mundial, el telón de acero, movimientos culturales en los 70, el punk, la caída del muro y eso también tiene que ver con el imaginario colectivo y yo creo que trabajar sobre ciudades en el siglo XXI cuando hay gente que tiene todo eso presente, te permite trabajar con capas que están por encima de la canción, son cosas que han vivido la gente. Cada uno se construye en su cabeza lo que es Berlín o Copenhague, o no sé, Roma, París y las canciones al final necesitan buscar un espacio y a veces son ciudades o viajes o habitaciones y cada una tiene un lugar y viceversa. Cada lugar ocupa su propia banda sonora.
Los lugares cambian bastante. Así sean un mismo sitio son distintos lugares. Al saber que venía a hablar con ustedes, me interesaba conocerlos no solo como Vetusta sino también como los integrantes de Vetusta. Pienso que Vetusta es una banda que se integra muy bien, los seis se complementan tanto en lo creativo como en lo sonoro y esto lo sentí cuando los pude ver el año pasado ¿cómo ha sido su proceso musical desde lo personal? ¿Qué escuchaban cuando eran jóvenes y cómo eso fue mutando en lo que ahora es Vetusta?
David: Mi relación con la música parte de mi relación con mi familia y con mi casa en donde se escuchaba todo tipo de música. Desde música clásica hasta flamenco pasando por el pop, el rock, los Beatles, la música de los sesenta y setenta. Yo empecé a engancharme con la música a finales de los ochenta con bandas clásicas del rock y luego ya con el grunge. Por esa época también comencé a tocar música. Comencé con la percusión latina y la percusión flamenca, luego quise acercarme a la música latina, a la música negra como el funk y el soul, y desde entonces todo ese espectro de música ha sido el que me ha ido influenciando.
Guillermo: Cuando era pequeño en mi casa se escuchaba mucha música también, quizá no tanta variedad como en el caso de David, pero sí rock y pop de los años sesenta a los años ochenta. Yo recuerdo que empecé a tocar la guitarra relativamente tarde. Tenía catorce o quince años y mi primera experiencia musical fue con Vetusta, iniciamos muy jóvenes cuando estábamos todavía en el instituto. Lo bueno y lo difícil de ser tantos era que teníamos que encontrar un estilo común porque al final no solo haces la música que quieres hacer sino que puedes hacer. El estilo al final es un acuerdo mínimo donde todos se sienten identificados y a partir de ahí ya tiras ¿no?
Comenzamos siendo una banda bastante ecléctica. Teníamos instrumentos muy distintos, no teníamos batería, había una mezcla rara para ser una banda de rock que no éramos en su momento, pero que acabamos siendo. Como individualmente no habíamos sido nada, fue más fácil unir lo común que era mucho más fuerte de lo que podíamos ser individualmente. Una vez que ya hemos tenido un estilo ha sido cuestión de profundizarlo y de destruirlo cada cierto tiempo también.
Jorge: En mi casa también se escuchaba música, aunque no tanta. Mi primer acercamiento fue directamente con ellos porque éramos colegas y quedábamos para tocar como una cosa divertida. Poco a poco se fue desarrollando, y a la vez se fue “complicando”. Ya en unos años estuvimos en una furgoneta fuera de Madrid para hacer conciertos y para pasártelo bien, y de repente surge una necesidad de un disco. Esa necesidad surge cuando realmente sentimos que estábamos en un sitio en el que queríamos estar y que queríamos comunicar cosas. También ha sido importante saber que tenemos gustos musicales muy diferentes y eso ha hecho que al final termináramos compartiendo música que aún nos recomendamos unos a otros. Perfectamente escuchamos una canción y sabemos a quién de los seis también le va a gustar esa canción. Al final es un conocimiento de unos y de otros, que te lleva a generar ciertas fuerzas a la hora de ya hacer canciones.
Volviendo al proceso que los llevó a tener la consolidación de un estilo musical ¿qué creen que está más marcado? ¿Lo musical o lo lírico? ¿En dónde está la fuerza de Vetusta?
David: Yo creo que es una mezcla de las dos cosas. Siempre nos hemos preocupado porque cada una de las partes de la propuesta esté trabajada y haya consistencia. La parte lírica es muy rica y muy importante porque es con lo que mucha gente se identifica, pero creo que la parte musical está también muy elaborada, con todos los estilos musicales que hemos aprendido. También a raíz de que nos guste mucho investigar, hace que vayamos proponiendo y enriqueciendo la propuesta. Aunque al final termine siendo “pop” porque es sencilla, sí que está muy elaborada y sí que hay tanto armónicamente, como musicalmente una riqueza importante.
Las líricas ha sido lo que siempre me ha llamado más la atención. Mi acercamiento musical ha sido siempre desde las líricas. Cuando los conocí sentí una conexión porque me vi inmerso en un ambiente literario al oírlos. Tenían unas imágenes muy bellas. Desde Mapas, hasta en Los días raros, las imágenes han existido con mucha fuerza ¿Por qué proponer desde la creación de las líricas?
Guillermo: Quizás si hubiéramos sido desde el inicio unos instrumentistas geniales, hubiéramos basado nuestra fuerza en los solos de guitarra o en los solos de batería en la manera de contar. Pero de nuestra “debilidad” han surgido grandes capacidades para imaginar canciones. Siempre supimos que nuestra potencia estaba a la hora de hacer canciones. Hacer canciones suponía hacer bien la música, el ritmo, los arreglos y la letra. Además yo creo que generacionalmente veníamos de un mundo donde la música en España tenía una brecha grande entre la música independiente y la música mainstream. Dentro de la música independiente había gente que le daba mucha más importancia a los textos pero a lo mejor descuidaban más la producción y al revés. Había gente musicalmente interesante pero que no le daban ninguna importancia a los textos o cantaban en ingles porque estaba de moda. En este sentido, yo creo que nosotros cuando comenzamos a componer de una manera más deliberada vimos que había posibilidad de hacerlo todo, o por lo menos aspirar a hacer buenas canciones, ser buenos intérpretes y además tener textos que permitieran a la gente proyectarse llevando las canciones a algo más.
Hace mucho tiempo no escribía sobre nada "nuevo-viejo". Me topé con estos compilados gracias a que recordé —en realidad alguien la escuchaba en spotify— la re-edición del disco de Elia y Elizabeth (duo de los años 70) realizada por Vampisoul en el 2014.
Vampisoul es definitivamente uno de los sellos que más, más me gustan, pues se ha dedicado a recuperar e ingresar en las listas de los oyentes música que estuvo mucho tiempo oculta debajo del polvo. De aquí, por lo menos yo, he podido encontrar discos asombrosos, como el de Perú Negro, los compilados de Cumbia Beat o el de Jazz Flamenco, entre otros. Junto con todas estas joyas imperdibles, anexo a mi biblioteca musical un nuevo encuentro con este sello que ya tiene 17 años de vigencia en el mercado. Dos entregas que bailan entre una explosión artística dada en España durante los últimos años del franquismo, empuñada por las de falda, estos compilados son: ¡Chicas! Spanish Female Singers Vol. 1 (1962-1974) y Vol. 2 (1963 -1978)
Por esa misma razón es que este compilado cobra en sí mismo una importancia inmensa, es el primero en tener enteramente en su listado voces femeninas de aquel país (y algunas participantes latinoamericanas) en dicho periodo. Todo posible como consecuencia al cambio social y desarrollo económico que se dio durante estas décadas permitiendo un consumo mayor de capital cultural, en donde el tocadiscos tomó fuerza generando un disparo en las ventas de las discográficas permitiendo así, que nuevas propuestas se pusieran en marcha, inspiradas claramente por los movimientos musicales llegados del movimiento extranjero de Inglaterra y demás.
Aquellos quienes mas se aferraron a la llegada de las nuevas vanguardias fueron como siempre, los jóvenes, quienes oponiéndose a las tradiciones familiares y también a las imposiciones sociales que aun se mantenían ya con menos fuerza hacia los finales del franquismo, encontraron en la música un refugio y también un estilo de vida seguido por la idea de bienestar y tranquilidad que brindó la estabilidad monetaria y además la propaganda que dio el auge del turismo.
Así mismo la mujer comenzó a tener también una transformación en su papel como ser social y político, como la inserción periódica al trabajo remunerado (aunque la brecha salarial aun ahora sea bastante amplia y el numero de mujeres con trabajo no remunerado también sea grande) y un mayor acceso a la educación, de esta forma empezaron a ingresar de manera mas directa a las tarimas y a crearse una amplia variedad de artistas locales que crecieron en medio del cambio.
Si bien, las letras están dirigidas en mayor medida a temáticas con tinte amoroso, que nos pueden recordar más la balada española que conocemos en mayor medida en el cono sur, en los compilados podemos escuchar voces más frescas, amores más jóvenes y no tan complicados y principalmente al baile como medio para amar, pese a que son letras divertidas y que parecieran no tener un mayor transfondo, canciones como "Un Chico Moderno" de Pili y Mili (quienes aparecen en la portada del primer compilado) son el reflejo de las necesidades de nuevas personas, mujeres que estaban intentando liberarse no solo a través de las reformas, como las maritales que se hicieron en aquel entonces, sino también a través del arte.
En este periodo también podemos notar una mayor exploración de géneros impulsada por la psicodelia, el rock 'n' roll, el garage y algo particular que no conocía: el yé-yé, este ultimo llegado desde Francia gracias a Salut Les Copains, un programa en el que se pasaba música de moda dirigida para un publico joven casi que en totalidad. Allí se adaptó el "yeah" de habla inglesa no solo como un estilo musical sino como una forma de expresión a nivel cultural, que rápidamente encontró cama en el pop y adoptó una nueva generación de músicos que se expandió rápidamente al resto del continente, principalmente a España.
Allí el yé-yé se adjuntó en gran numero a agrupaciones femeninas, quienes adoptaban estilos, peinados y actitudes cuestionables para las tradiciones familiares conservadoras, como el uso de minifaldas y hablar en sus letras sobre lo aburridas que eran las visas siendo amas de casa teniendo todo un mundo por explorar. Con el avance de estas músicas y nuevos ritmos los ídolos adolescentes nacieron y una nueva camada de concepciones sociales e imaginarios colectivos estaban a la luz de mentes sedientas de libertad.
Estos compilados no son entonces solo la muestra de los ritmos y las tendencias que llegaron a España cerca del fin de la dictadura sino también la de la emancipación de toda una generación de nuevas mujeres en busca de un futuro distinto.
Los invito entonces a escuchar estas dos joyas discográficas (un poco complicadas de encontrar en plataformas de streaming, las tengo descargadas por si alguien las quiere, pueden escribir anonserviamblog@gmail.com)
Las fotografías fueron tomadas por Marcela Parra (@marzzzzela) y Juan Diego Barrera (@balandro_)
si dan click en sus @ pueden seguirlos en redes, a ellos gracias.
Empezaré por decir que no tenía ni un solo gaitán para ir a este evento y que agradezco infinitamente a Juanita que convocó una vaca para llevarme, a la gente que tuvo intenciones de colaborar, a Margarita por ayudarme con mi transporte y finalmente a Gabriel por darme la boleta, hicieron de mi una Cenicienta inmensamente felíz.
Fotografía: Marcela Parra
Después de confirmar que sí estaría en el evento, llegué a eso de las 4 de la tarde a La Roma Records, lugar en el cual se haría una pequeña rueda de prensa seguida de un acústico para las primeras 50 boletas. Esta crónica debió ser una entrevista, sin embargo el tiempo jugó en contra y la banda llegó justo para la hora del pequeño toque, el cual a eso de las 6 mucha gente impaciente ya esperaba. Me encontraba al frente y cuando empezaron me pareció un poco increíble finalmente estar ahí. Interpretaron seis canciones, Anabella, la vocalista solo sonreía cada tanto y daba las gracias, las personas aplaudían y coreaban, se asomó una que otra lagrima del público pero no dio tiempo de mucho llanto, todo pareció muy corto, de un momento a otro ya estaban tomándose fotos con la gente y firmando discos y boletas.
Nos movilizamos a pie, desde la tienda de discos hasta Boogaloop, tomando ron después de enterarnos que ya no nos pueden multar por tomar en vía pública. Llegamos a la puerta justo a la hora de entrada. Quedamos, mi grupo de amigos venidos de otras ciudades o que no veía hace mucho y yo, justo al frente de la tarima, quizás el primer error, pues la madera del borde tallaba en las piernas y por el poco espacio que había entre todos en cada pogo lo único que pasaba era que nos lastimabamos. El Enemigo hacia su set y poco era lo que se podía bailar pues el sitio se llenó bastante rápido.
Fotografía: Marcela Parra
La primer banda que ocupó el escenario fue Quemarlo Todo Por Error, banda que no me gusta, posiblemente uno de mis momentos más incómodos de la noche puesto que estaba justo al frente de su vocalista y en todos los videos salí bostezando. Aun así las canciones fueron coreadas y pogueadas por la gran mayoría.
Después subieron a escena Las Yumbeñas, con unos kimonos de flores y sandalias blancas de plataforma atadas al tobillo con un listón de encaje saludaron a todos quienes animados las veían, estaba animada por verlas, aún así por el constante golpe de la tarima tuve que quitarme del frente y huir hacia el lado donde el espacio que quedaba era más prudente, incluso, solo habíamos tres personas, así que pude quitarme los zapatos y saltar y bailar el resto del concierto desde ahí. Esta banda, pese a las fallas constantes del sonido que no daba el volumen adecuado para sus voces y la guitarra, dieron toda la energía con temas ya conocidos y muchas novedades, nos fue posible escuchar una gran parte de su próxima entrega. Quisieron tocar una canción más, pero por cuestiones de itinerario no lo lograron, no les dieron el permiso.
Se bajaron entonces y empezó el Set de DJ Ruido que estaba muy nervioso desde temprano, Las Ligas Menores era uno de sus sueños hechos realidad y no conforme con eso tenía la oportunidad de poner música en aquel evento que tanto había esperado. Aún torpe en algunas ocasiones y preguntándose constantemente que pondría después de cada tema, el tiempo fue pasando y la hora que todos esperaban estaba llegando.
Fotografía: Juan Diego Barrera
Cerca de la una la gente empezó a impacientar y con total razón, el calor podía llegar a ser insoportable y el poco espacio, estresante. Los gritos aclamando por la entrada de la banda empezaron a sonar más y por fin, a eso de la 1:15 de la mañana, salieron los cinco integrantes a sus posiciones y el momento cúspide de la noche comenzó.
"Si te pido que me cuentes una historia, no me importa que tan largo es el relato. Solo quiero que inventes para pasar un buen rato..." fue la primera frase que salió de la banda argentina, dándole entrada así a El Baile de Elvis. Desde donde estaba tenia dos imágenes, la primera era de Anabella, de pocas palabras, que así como en La Roma soltaba una sonrisa tímida cada que escuchaba a la gente corear las partes más pegajosas de sus canciones, la segunda por otro lado era la del público, en la parte de atrás lleno de saltos y gritos, realmente enloqueciendo y adelante sufriendo aún por el golpe, sin embargo así cantaban y trataban de hacer su estadía más llevadera.
Fotografía: Juan Diego Barrera
Vi a muchos llorar en medio de diferentes canciones, e incluso yo lloré con Accidente y Contando Lunas, y es que, a veces parece que aquellas canciones que se escuchan en casa en situaciones difíciles o que se dedican en medio del querer están lejos de ser presenciadas y aún así ahí estaban, justo en ese instante y todos estábamos felices y completos, al menos por una hora y un poco más.
Al ser canciones oscilantes entre los dos y dos y medio minutos, la lista corrió bastante rápido. en un abrir y cerrar de ojos estaban cantando "Ay que dolor, prefiero dormir todo el día de hoy sin pensar en las cosas que tengo que hacer..." y todos eufóricos respondían, tanto así que se adelantaron un coro y todo sonó graciosamente disparejo.
Todo finalizó con el "pa, pa, pa..." de su último sencillo lanzado, fueron entregados los setlist a algunos asistentes y las luces cayeron, Las Ligas Menores ya habían pasado por Bogotá. A las 2 tuve que dejar de ser Cenicienta e irme casi en una carroza hasta donde vivo, a caminar entre casas desiertas. Todos salimos al amanecer cuando no se escuchaba ningún ruido y escapamos caminando sin parar.
La violencia pareciera no tener límites geográficos, pero así mismo la fuerza tampoco. Esta es la lección que he podido sacar de la última entrega de iLe, un álbum contundente, con mucha más determinación que iLevitable. Inicialmente tenía un poco de miedo de que iLe se estancara en la tendencia pop a la cual se había adecuado su primer trabajo. En lo personal es un álbum que me gusta, sin embargo no logra ocupar toda la gallardía que habita en esta artista, elemento que parece ser protagonista en este segundo disco: Almadura.
Desde la portada y el nombre se puede apreciar la temática centro: una coraza dura como la piedra levantada desde las atrocidades que vuelven vulnerable cualquier persona o pueblo, siendo tomadas desde la propia vivencia de su país natal, pero extendidas hacia los rincones de América Latina y de los diferentes pueblos oprimidos alrededor del mundo. Podría decir que uno de los ejes de este álbum es el territorio como lugar de lucha y es desde ahí donde se desprende toda un discurso de empoderamiento.
Este álbum lo abre Contra Todo, que maneja este concepto del territorio a partir de dos elementos: el pueblo que lo habita y el cuerpo como espacio de lucha individual que se organiza en el colectivo. Estamos escuchando a aquellos quienes ven su voz apagada por la opresión, se habla desde el despojo, del olvido y el silencio perpetrado por quienes colonizan aun, y si bien, las realidades que se construyen en las narraciones son dolorosas, nunca la voz con la cual se narra cada una es revictimizante ni lastimera, por el contrario es un levantamiento de los oprimidos, un ultimátum.
Por el mismo eje del colectivo correspondenSin Masticary Odio. La primera es una denuncia al enajenamiento en el que se sumerge la sociedad constantemente, casi que es un regaño por la sumisión y la segunda, es más bien una propuesta, una idea encima de la mesa para romper con el imaginario perpetuado de la guerra.
Imaginar situaciones similares que pongan en sintonía la situación de su país con el nuestro o con otros no es nada difícil. Uno de los videos lanzados respecto al disco fue el deOdio, que narra el caso del Cerro Maravilla, en el cual fueron cometidos asesinatos por entidades oficiales en 1978, hacía dos jóvenes pro-independentistas, ¿acaso no es esto equiparable con el sistemático asesinato a líderes sociales actualmente o con la evidente corrupción de las entidades en las cuales es “confiada” la seguridad del pueblo? con estos o con muchos más sucesos a lo largo del mundo podemos ver cómo nos igualamos en un pasado —y presente, ojalá no en un futuro— violento y desgarrador.
Por otro lado, hay otro eje girando alrededor de las problemáticas de género también presentes a lo largo de todo el mundo. Temes, es para mi la canción más difícil de este álbum, tanto por la letra como por el video. La primera vez que la escuché y vi de qué trataba solo pude llorar, es cruda, es dolorosa. Además está posada sobre un bolero que vuelve todo mucho más allegado. Aún así, aunque la denuncia sobre el machismo es tan vivida, se muestra a través del argumento de que a través del ejercicio del poder ejercido hacia alguien se evidencia también el miedo a sí mismo.
InvencibleyCurandera son dos temas menos conflictivos, están más inclinados hacia el empoderamiento y son musicalmente muchos más alegres, ambos representan el cuerpo y el ritual cobijados bajo la fuerza del ejercicio de la existencia.
El álbum se encuentra dividido por un interludio precioso de piano interpretado por Eddie Palmieri, que considero actúa de alguna manera como un catalizador de todas las emociones fuertes que maneja el disco. Sin embargo, siento que después de este se pierde la narrativa. Tu Rumba y De Luna si bien son canciones que me gustan, parecen un poco salidas del centro, considero que no hay una gran congruencia y que quizás si no hubieran estado el disco igual y tendría la misma fuerza, quizás al igual que el interludio se usen como catalizador emocional.
Ñe Ñe Ñé es una clara crítica al capitalismo y Desde Aquí pudo ser para mi la canción que debía cerrar este trabajo, es un grito máximo justo antes de dar la lucha por el territorio, por el pueblo y por sí mismo y cierra con una fuerza asumida por los tambores, esta canción muestra el arma de iLe, su propia voz.
En tiempos difíciles la unión,como siempre, hace la fuerza y este trabajo es una invitación contundente, un poco regañona pero eficaz de tender la mano para entre todos no hacer murallas sino puentes.
La Neblina del Ayer, novela escrito por Leonardo Padura, lanzada en el año 2005, cuenta tras el género de novela negra, la historia de Mario Conde y sus amigos, quienes en busca de la resolución de un asesinato, destapan otro crimen ocurrido 40 años atrás. Si bien, es este escenario el que desarrolla toda la trama, pareciera ser solo una excusa para mostrar, reconstruir y criticar la historia política y social de cuba de los años 30’s a los 90’s. Todo esto, dado por una variedad de elementos que desde su individualidad aportan a la visión colectiva de la Cuba de antaño.
Uno de estos elementos, presente en toda la obra, es la carga musical que se ve transformada a lo largo de la historia por distintos cambios culturales. Podemos evidencia desde feelin’ al bolero y del bolero al rock norteamericano más comercial y no necesariamente bueno de los noventa. Detrás de estos no vemos solo como cambian las diferentes generaciones a través de los personajes, sino también como con estos se transforma su entorno inmediato.
El bolero de los años cincuenta, es posiblemente uno de los géneros más importantes de la historia de Cuba, en el que nacieron, crecieron y se gestaron muchas de las grandes estrellas que en ese tiempo y aún ahora, alcanzan un renombre a nivel internacional. Sin embargo, este no solo aparece a través de las distintas menciones de nombres y canciones a lo largo de la narración, sino que es esta misma un gran bolero. Esta reseña, pretende comprender cómo la estructura narrativa del bolero se extiende más allá de las líricas de las canciones para convertirse en el esqueleto que sostiene toda la historia y que ayuda a entretejer con sus características, la resistencia a nivel político y social que se da en Cuba junto con el gobierno de Batista y tras él.
Para estudiar el cómo se desarrolla estructuralmente el bolero, trabajaremos sobre dos citas puntuales alrededor de la novela. La primera dada por Rafael Giró, un personaje basado Radames Giro, uno de los investigadores más importantes de música cubana en la actualidad, quien afirma: "El bolero no es cualquier cosa, claro que no: para cantarlo hay que asumirlo, más que sentirlo. El bolero no es una realidad, sino un deseo de realidad al que se llega a través de una apariencia de realidad" (pág. 91) Y la segunda, dada por Katy Buarque, la vedette, diva por excelencia de aquellas épocas doradas del cabaret, la cual dice: “El bolero es sentimiento, puro sentimiento y mucho dramatismo. Siempre habla de tragedias del alma y lo hace con un lenguaje que va de la poesía a la realidad. Por eso mismo se le puede cantar a un cielo tisú que decir tú tienes una forma de querer un poco extraña, o gritar vete, ya no hay calor entres tus piernas... Lo importante es decir todo eso con el alma, hacerlo creíble" (pág. 138).
De estos podemos rescatar entonces algunas características principales de lo que se entiende como bolero: el sentimentalismo, la tragedia y el drama y el concepto de realidad deseada y realidad aparente. Pero también, es importante complementar estas características con algunos elementos menos poéticos y más formales, como vendrían siendo las particularidades a nivel semántico y estilístico como la estructura dialógica aparente que encubre el monólogo o la recepción pasiva, la predominancia de la función apelativa y expresiva y el uso de una estructura reiterativa para la intensificación del sentimiento que se quiere transmitir.
Todos estos elementos son evidenciados a diferentes grados en varios momentos, acompañado también de una estructura narrativa binaria, como si de un compas de 2/4 se tratase. Se puede evidenciar, por ejemplo, en la división inicial de la novela que hace referencia a la construcción de los Long Play, es decir, la cara A, llamada Vete de Mi, como el sencillo de Virgilio y Homero Exposito del año 1946 y la cara B llamada Me Recordarás, que no encontré la fecha de lanzamiento pero sí la versión de Frank Dominguez con Elena Burke. También es posible enlazar con una de las características de la novela negra, propuesta por Todorov, en la que binariamente se divide la narración en la historia del crimen y la historia de la investigación, y finalmente también lo vemos en la narración misma, en el que se encuentra una historia contada por los personajes y otra contada por las cartas.
CARA A: Vete de Mi:
CARA B: Me Recordarás:
En la parte epistolar, es decir, la de las cartas, también concurren muchas, por no decir todas, las características del bolero. Aquellas, inicialmente no tienen remitente claro y es con el desarrollo de la historia que lo vamos develando pero así mismo, nos va haciendo evidenciar que el receptor no es activo, se desdibuja, y es más bien usado como una excusa para que la protagonista de aquellos papeles, la madre de Amelia y Dionisio, pueda tener un espacio de dialogo monológico, puesto que a lo largo de la historia no se le escucha hablar en ninguna ocasión.
Estas cartas, también contienen una alta carga sentimental y lastimera, llena de drama y encubierta por la tragedia de la historia de una mujer que es abandonada por un amor, que fallece y traicionada por propia sangre. Si bien, son estas ya características esenciales de las líricas de los boleros, también están en concordancia con la característica de realidad deseada y realidad aparente. La realidad deseada gira en torno al amor romántico de pareja que acaba cuando el otro muere al estar lejos, pero visto desde un punto social y político, es la relación que se extiende entre aquellos cubanos que residen en Cuba pese a la situación y aquellos quienes se van, en los que estando lejos se país natal, mueren en la memoria de las personas que nunca se fueron. Es una recurrencia que se ve a través de Violeta del Rio, de Montes de Oca, de Lansky y demás. Todos los que salieron de Cuba dejan aparentemente de existir.
Este malestar social, o desasosiego por lo que Conde llama la “responsabilidad histórica” está impregnado dentro de todos los personajes, que en medio de la hambruna han aprendido a vivir del día. Sin embargo en ellos, también existe este elemento binario de la realidad deseada y la aparente. En relación con la cultura y el poder y los procesos de cambio social propuestos por Williams y Thompson, podemos ver como el bolero no es solo muestra de un momento histórico específico, sino también de las marcas discursivas del modus vivendi de los personajes. Cada personaje y locación donde habita el bolero, aquella música de antaño que dispuso de la mejor época de ocio en Cuba, marca un estancamiento como grupo social que se aferra a una realidad que ya no existe y que debido a la guerra y a Batista y a la revolución y a todo, no volverá a tener.
Esto también es remarcado a nivel espacial. En el recorrido de Conde por la esquina de la 23 y L, lugares donde en época de antaño hubo un auge cultural del género con el que crecieron. En esta escena, vemos cómo se ha transformado el flujo masivo de información, dándole cabida, a los nuevos grupos de jóvenes que se impregnan de otros procesos de cambio no propios de la geografía en la que crecen, especialmente con el rock, la tendencia noventera que se da musicalmente en la novela. En este momento hay un choque entre Mario Conde y la realidad, puesto que el pasado en el que él había estado estancado (un pasado que se puede ver en la narración de Rafael Giró en la pág. 89- 90) ya no existía ni simbólica ni físicamente. De esta manera, vemos como la vida de los personajes se resume en la cualidad de la composición de dicho género musical del carácter monológico en el que cada uno tiene una devoción unilateral por una patria que el paso de los años se ha llevado.
Para finalizar, teniendo en cuenta el estancamiento en el que se encuentra cada individuo de la historia, a partir de las memorias de todos los personajes dadas por canciones, personalidades y cabarets, se puede crear lo que es propuesto por Hoggart, como las cartografías de la vida cotidiana, en la podemos ver resumida aquella Habana en la que todos hasta cerca del final de la historia vivieron sin intentar avanzar, por eso les dejaré el mapa que logré hacer al final de la novela y ademas de eso una playlist con toda la música que aparece que encontraran en la parte superior. Invito a todas las personas a leerla pues fue una de mis favoritas de este año.
En los años 90s, específicamente en Seattle, nació y tuvo
auge lo que muchos consideran la última rama del rock que dio frutos dignos,
aunque de sabor amargo. En grunge se convirtió en la voz de toda una generación
de adolescentes desencantados: un filtro bastante fatalista de la vida y el
mundo. Muchas bandas se dieron a conocer al margen del género y algunas de
ellas fueron tan grandes que se ganaron un lugar fijo en la historia de la
música, pero, como siempre, la pirámide tiene un punto fijo que se erige
sobre el resto. Nirvana se consolidó
como la cabeza del movimiento, como prototipo de las oleadas de agrupaciones
que siguieron nutriendo el género y cimentándose como una de las referencias e
influencias más fuertes de los últimos 20 años. A su cabeza: Kurt Cobain, el tipo que se convirtió
en arquetipo del grunge.
No se puede hablar de grunge sin hablar de Kurt Cobain y a
25 años del suicidio del músico, y en homenaje a la voz de la crudeza humana,
queremos resaltar las características que no solo llevaron al guitarrista a ser
una de las personar más influyentes de los 90s, sino que delineó los contornos
con que entenderíamos el sonido de Seattle:
el ejercicio performático de traducir una personalidad a todo un movimiento. Entender
la propuesta de Kurt Cobain es definir el grunge.
VOZ
Uno podría pensar que el instrumento sobre el cual se
sustenta el grunge es la guitarra (y un modo muy específico de tocarla), la
verdad es que esta es solo el 50%. La voz, a menudo desgarrada y quejumbrosa,
de Kurt Cobain podría dar una primera impresión de una falta de técnica vocal
adecuada. Nada más erróneo. Partamos del hecho de que buena parte de la esencia
del género es el desencanto y la crudeza con que es presentado el mundo; una
voz adecuada para el grunge debe ser una capaz de trasmitirlo. La mirada ruin
que se cola en las canciones de Nirvana no solo podía estar presente en sus
letras y Kurt es un maestro en utilizar su voz como el medio para dar veracidad a los relatos de las canciones.
Lograr cantar todo el tiempo con ese tono ronco y
desencantado no es tarea fácil ni mucho menos algo que deba ser tomado
como aleatorio o fútil. Escuchar canciones de la banda acapella, permite notar la verdadera técnica y peso que la proyección de la voz le da a la canción tal como Cobain lo proponía. Una voz muy bien
manejada, pero llena de grietas: tiene una facilidad impresionante para pasar de
sonar ronco, a sonar ligeramente desafinado, a lanzar gritos desgarrados, todo
como parte de la crudeza que exige la puesta en escena del grunge.
Ese tipo de voz “sucia” ya tenía precedentes en géneros como
el punk, pero lo que varía aquí es la intención. Cuando oímos a Sid Vicious interpretar My Way (una canción que recordamos en la
fascinante voz de Frank Sinatra) desafinada y llena de disonancias, sabemos que la
interpreta de esta manera porque ese era la voz, y así mismo el legado, que el líder de los Pistols tenía para ofrecernos. Kurt no, su
voz agrietada y rústica es la elección propia y consciente de dejar de lado la “perfección”
o “limpieza” de una voz que quería cantar para exaltar exactamente lo opuesto.
ESTILO
Cuando pensamos en Kurt Cobain vienen a la cabeza dos imágenes:
jeans desteñidos, 3 capas de camiseta, camisa leñadora igual de desteñida que el
jean y el icónico saco verde, visiblemente andrajoso, que utilizó en el unplugged; y Kurt Cobain usando vestidos
de flores que le daban justo encima de sus rodillas. Al respecto alguna vez
dijo: “Poniéndome un vestido demuestro que puedo ser tan femenino como yo
quiera.” Lo anterior, dicho en una entrevista hecha después de lanzar
el videoclip de In Bloom: video en el
que al principio toda la banda aparece con un estilo muy Beatle, que es la
antítesis plástica de lo que están cantando. El público, también una sensación
del público enloquecido de los años 50, llegan al éxtasis cuando la banda cambia, se revela y ,
todos vestidos “de mujer”, desbaratan el escenario en una concordancia perfecta
con la música.
El estilo desaliñado del cantante, mezclado con sus rasgos
delicados y su cabello rubio (casi una plastificación de la dicotomía del manejo
de su vos) se transformó en una de las referencias más reconocibles de Cobain.
Sin embargo, lejos de ser solo un estilo personal, no es raro que se tome
también como una forma tangible y una extensión de lo que quería expresar en
sus canciones. Si los Beatles usaban
trajes para presentarse a su público como gentlemans
y hoy en día Lady gaga materializa su
excentricidad en su vestuario ¿por qué no pensar que el look desaliñado de
Cobain era también parte del show?
ACTITUD
NADA ME IMPORTA, TODO
DUELE. Esa sería la frase con la que definiría a Kurt. De nuevo dos
opuestos dolorosamente reconciliados en él. Tanto en las entrevistas hechas al
músico como en las posteriores películas, largometrajes y documentales en dónde
lo han interpretado; su voz, al hablar, aparece apacible, calmada, lenta y
terriblemente lúcida. Aunque piensa y busca las palabras antes de utilizarlas,
no se le dificulta explicar y contestar lo que le preguntan y lo que piensa. Es
verdad que hay un cambio radical en el pensamiento que revelaba en sus primeros
años en el medio, y las últimas entrevistas que le hicieron, sin embargo, siempre
mantiene una honestidad visceral, que devela una reflexión constante sobre la
vida, y un tono de voz que a veces da la impresión de estar hablando de
cualquier cosa, menos del peso, casi trascendental, con la que asume dichas
reflexiones.
Luego, en los conciertos, en su forma de cantar, todo se
vertía en un solo extremo: la terrible lucidez convertida en fatalismo, el ruido, la angustia.
Su cuerpo, su cara y su voz lo revelaban. Volver a la calma era, tal vez, la
forma de equilibrar todo lo que se quedaba en el escenario. Nada me importa, todo duele.
Si hablamos de lo que define a Cobain, o de lo que podemos
extraer del material que nos quedó de su vida, porque esa es la verdad: no
conocemos a la persona, sino al artista; accedemos a una personalidad de
contradicciones, de opuestos, de extremos que se reúnen en uno solo. Tal vez de
ahí viene todo el tormento. Lo interesante es que lo que siempre asumimos de la
personalidad de un ícono es, visto a escala, el manifiesto del grunge. Una
reinterpretación hecha en los años 90 del siglo XX de algo que ya antes nos
habían delineado, con mas o menos cercanía, artistas como Charles Baudelaire,
Patrick Süskind o Toulouse-Lautrec, la posibilidad, o tal vez la necesidad, enfrentar cara a cara una mirada realista/fatalista de lo que nos rodea, a veces para encontrar belleza en ello, a veces para poderlo enfrentar.
Cuando se habla del suicidio del líder de Nirvana, suele encontrarse un comentario general en el que se dice que la presión que ejerció la vida artística sobre el músico fue tan pesada y tan difícil de manejar que terminó por acabar con él. Una afirmación que pareciera decir que en algún momento se rindió ante la terrible verdad que le exigía la vida que había escogido; pero afirmar eso me parece una ligereza. Hay que ver a Kurt Cobain, en vivo, poniéndole el pecho al lado tormentoso de su vida, hay que oírlo cantar sobre el miedo, sobre la desesperación, sobre el sinsentido y entender que, tal vez, esa fue su forma de asumirlo. No hablo de romantizar su suicidio, sino de no dar por hecho que hay una sola manera de enfrentar ese lado oscuro de la vida. Los que decidimos quedarnos, tal vez, decidimos también tomar un poco más de tiempo para afrontar con la misma lucidez lo que Cobain lograba plasmar en 3 minutos de canción, o inducir en todo un movimiento.
"...Ese non serviam quedó grabado en una mañana de la historia del mundo. No era un grito caprichoso, no era un acto de rebeldía superficial. Era el resultado de toda una evolución, la suma de múltiples experiencias.
El poeta, en plena conciencia de su pasado y de su futuro, lanzaba al mundo la declaración de su independencia frente a la Naturaleza..."